Una visita con alma a los barros vidriados de Osuna.

Mar 13, 2019 | 1 Comentario

El pasado domingo nuestra Asociación organizó una visita a la ciudad ducal de Osuna, una de las localidades más bellas e importantes desde el punto de vista histórico-artístico de la provincia de Sevilla. A las diez de la mañana estábamos citados en el punto más alto de la ciudad, junto a la Colegiata. Los más de treinta asociados fuimos recibidos por nuestro socio y anfitrión, Luis Porcuna Chavarria, acompañado por otro ursaonense, Patricio Rodríguez Buzón Calle, una de las personalidades que más y mejor conocen y defienden el patrimonio histórico artístico de Osuna.

En primer lugar visitamos la iglesia de Santa Catalina, hoy sin culto por traslado de la comunidad religiosa que la atendía, donde contemplamos un zócalo de la segunda mitad del siglo XVIII con escenas de caza y montería, así como escenas domésticas, de enorme valor.

Nuestros pasos se encaminaron después a la iglesia de San Agustín, para subir al camarín del altar mayor, donde se localiza otro zócalo del siglo XVIII salido de las manos del ceramista que llamamos Maestro de Palma Gallarda.

Otro breve traslado por las blancas y señoriales calles del centro de Osuna para llegar al Museo de la ciudad, un inmueble palaciego donde se expone parte de la colección de alfarería «Luis Porcuna Jurado”, padre de nuestro anfitrión, iniciador de la colección que se presentaba bajo el nombre de «Osuna pueblo de alfareros».

No acababa aquí la deleitación con su colección, pues nos llevó a ver el resto de piezas, unas tres mil, de todo tipo, tamaño, uso y antigüedad, que saboreamos en otro inmueble dedicado completamente a esta labor, donde nos agasajó con una copa de vino acompañada de un aperitivo típico de Osuna, los «ochíos»

Tras el receso para el almuerzo de confraternidad, donde brindamos por Luis y por Osuna y degustamos especialidades de la tierra, tomamos café en el Casino, profusamente decorado con zócalos de azulejos trianeros, y por último visitamos el convento de la Encarnación, de Madres Mercedarias, cuyo claustro tiene un zócalo del siglo XVIII que es el paradigma de la mejor cerámica de Triana, con un repertorio iconográfico variado y muy interesante.

Para las explicaciones contamos con la intervención de nuestro socio el catedrático de Bellas Artes Alfonso Pleguezuelo, las de Luis Porcuna y las de Patricio Rodríguez-Buzón Calle.

En definitiva, una grata jornada, un día soleado y hasta caluroso y otro pasito más en nuestra labor de conocer, divulgar y defender los barros, vidriados o no, que tanto nos apasionan. Y nuestro mejor deseo para el joven Luis Porcuna Jr., otro entusiasta de la alfarería que promete ser digno continuador de la afición de su padre y abuelo. Gracias, Luis, Gracias, Osuna.

Fotografías: Paco Solís, Manuel Pablo Rodríguez, Jesús Luna, Gabriel Tovar y Antonio Entrena.

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