Se inaugura en Morón de la Frontera un retablo cerámico monumental de Ntro. Padre Jesús Nazareno de la Fuensanta.

Mar 10, 2020 | 0 Comentarios

Su autor es el escultor y ceramista cantillanero Luis Manuel López Hernández.

Este pasado sábado 8 de marzo, en plena cuaresma, ha quedado inaugurado y bendecido el retablo cerámico vidriado en honor del que es la gran devoción de los moronenses. el Nazareno de la Fuensanta. cuya antigua cofradía procesiona cada madrugada del Viernes Santo por las calles de Morón de la Frontera. En pleno casco histórico, en la emblemática calle de San Miguel, con la famosa torre de la parroquial de Hernán Ruiz al fondo, ha quedado colocado para la posteridad esta monumental pintura cerámica callejera que servirá para rendir culto público diario al famoso Nazareno y testimoniar el agradecimiento y devoción al Señor de muchas generaciones de los vecinos de esta ciudad. En el acto estuvieron presentes el Alcalde de Morón, los oficiales de la hermandad, representaciones, la agrupación musical de la cofradía y numerosos hermanos y devotos que ha presenciado el descubrimiento del mural y su posterior bendición por el sacerdote moronense Eduardo Martín Clemens.

El mural de azulejos, que mide 3,50 metros de altura, es obra del ceramista y escultor cantillanero Luis Manuel López, Lcdo. en Bellas Artes, y donación de varios hermanos oficiales de la Cofradía de Jesús Nazareno. Esta realizado siguiendo la técnica del azulejo plano pintado en óxidos de colores y sometido a una cocción de 1100 º. En él se plasma la imagen del Señor con la cruz al hombro y la túnica purpurea. Se le representa en un paisaje que evoca el entorno de la ciudad de Morón, especialmente una vista en el horizonte de la emblemática Sierra de Esparteros. El celaje se inspira en el de la amanecida, con los rayos del sol bajo iluminando el horizonte y con las nebulosas rosadas y anaranjadas de esas horas de la mañana del Viernes Santo cuando Jesús cargó la cruz camino del Calvario y cuando esta insigne cofradía realiza, desde su fundación, la estación de penitencia y procesión con la imagen del Señor.

Enmarca la escena un moldurón ovalado arquitectónico de jaspes rojizos y grises que evoca el propio retablo de mármoles de la capilla del Nazareno que diseñó en 1940 el arquitecto regionalista Aníbal González. En este marco se muestra la leyenda tomada del relato del Varón de Dolores del profeta Isaías: “El cargó sobre sí todas nuestras culpas”, en letra latina.

Ocho ángeles puttis, cuatro en la parte superior y cuatro en la inferior, sostienen y comparten distintos elementos que complementan el mensaje de la obra: Los de la parte superior muestran emblemas relacionados con la historia de la cofradía y de la devoción al Nazareno de Morón; retiran y sostienen los cortinajes regios de un pabellón real, timbrado con corona imperial, que remata toda la escena en alusión a la realeza de cristo y a la concesión del título de Real a la cofradía por Isabel II en 1862 y la vinculación de la Corona con la institución. En el centro, justo bajo el pabellón y de la corona real aparece un resplandor con las letras JHS, anagrama de Jesús Nazareno, y emblema de la cofradía y hermandad. Dos de estos ángeles sostienen a su vez sendos atributos o símbolos como son: el rayo célebre, que durante la función del señor el 8 de mayo de 1797 cayó sobre la iglesia de San Miguel mientras predicaba el beato Diego José de Cádiz, y que milagrosamente no produjo víctimas, lo que suscito la emisión de un voto anual de agradecimiento por parte del ayuntamiento de la ciudad; en el lado contrario, otro ángel sostiene el símbolo de los Servitas: siete lirios de oro que brotan de un mismo tallo, en alusión al carisma servita de antigua dolorosa de la hermandad, perteneciente a la Orden Tercera de los Siervos de María.

En la parte inferior, partiendo de un plinto jaspeado o peana con molduras y salientes en los extremos y junto a las representaciones de la iglesia mayor y torre de San Miguel, en el lado derecho del Señor, y la de la capilla o ermita de la Fuensanta, en su lado izquierdo, campean los otros cuatro ángeles, dos de ellos, en el centro, exhiben la Santa Faz o Paño de la Verónica, en el que se muestra a los fieles el rostro enigmático y ensangrentado del Señor en su antigua efigie venerada en Morón, y desgraciadamente destruida durante la Guerra Civil. Los otros dos ángeles, situados en los extremos justo delate de cada citado templo, portan sendos faroles de forja escoltando al Señor cargado con la cruz, que son los puntos de luz previstos para alumbrar el retablo cerámico.

Fuente: www.moroninformacion.es. Fotografía: Facebook del autor.

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