Biblioteca Cerámica. Abril 2023. Juan del Corral y la azulejería limeña del siglo XVII. Luis Ramírez León.

Abr 24, 2023 | 0 Comentarios

La Asociación Niculoso Pisano ha tenido acceso a la tesis de licenciatura en Arte de Luis Cesar Ramírez León, defendida en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, en 2002, bajo el título “Juan del Corral y la azulejería limeña del siglo XVII”.

Ha sido a través de nuestra asociada, Gloria Cristina Flores Dávila, residente en Lima, pero estrechamente vinculada, desde la distancia, a nosotros, a la que queremos agradecer profundamente su permanente disponibilidad para acercarnos a la cerámica limeña donde se conserva una huella importante de la cerámica trianera llevada allí en el XVII para decorar conventos e iglesias regentados por franciscanos, jesuitas y dominicos españoles.

En el Ciclo de Conferencias que organizó nuestra Asociación dedicado a la cerámica “que salió de Triana” para América, nuestro buen amigo Alfredo Garcia Portillo nos habló de este personaje, Juan del Corral, como el autor de algunas obras de azulejería que se conservan en los claustros de San Francisco o Santo Domingo de Lima. Una cerámica muy cercana a nosotros ya que estaba muy influenciada por Hernando de Valladares, de cuyo taller se exportaría una gran cantidad de azulejos para cubrir las necesidades constructivas y decorativas de las nuevas iglesias y conventos de Perú. De hecho, coinciden en el mismo espacio claustral de Santo Domingo azulejos de Juan del Corral y de Hernando de Valladares, muchas veces confundidas la autoría de esas piezas.

El licenciado Luis C. Ramírez sitúa el marco geográfico, cultural y religioso en el que se van fabricar por manos criollas, con estilos, formas y técnicas sevillanas, los azulejos para muchos espacios coloniales.

Seguidamente afronta el estudio de esta azulejería que llega desde Sevilla, principalmente de Triana, y mayoritariamente del Taller de Hernando de Valladares, pasando a analizar la biografía y características estéticas de Juan del Corral.

En este sentido, describe el licenciado que “ ….”De ahí que no sorprenda que la primera importación de envergadura del azulejo en Lima, que se conoce documentadamente, haya sido del taller de Hernando de Valladares de Triana, en 1604, para el claustro mayor del convento de Santo Domingo. Este hecho habría motivado a la Orden de San Francisco de Asís a recurrir al mismo Valladares en 1620 para la fabricación de los azulejos que hasta ahora se conservan en el claustro mayor de su convento, y al parecer efectuaron otro pedido más o ampliaron el anterior hacia 1630-1638. Estos azulejos sevillanos, especialmente los de Santo Domingo, marcaron pautas a seguirse en lo sucesivo en el ambiente limeño”.

Los ceramistas iniciadores de la producción azulejera limeña fueron de procedencia española, esencialmente andaluza y castellana. Después a partir de mediados del siglo XVII predominaron los criollos o blancos nacidos en Lima.

Juan del Corral había nacido en Puente de Arzobispo (Toledo, hacia 1603-06). Se afincó en Lima desde 1617 aproximadamente, a donde debió haber arribado quizá con alguna noción en el oficio de ollero porque Puente de Arzobispo era un centro cerámico reputado, incluso competidor de Sevilla.

Del Corral aparece documentado entre 1639-1665, pero hasta antes de 1641 se desconoce su labor como ceramista. Poseyó ollería propia en donde fabricó loza para el servicio doméstico, azulejos y accesorios para la conducción del agua. Fue un hombre con visión empresarial porque también se dedicó a otras actividades económicas como la panadería y se le conoce operaciones de compra y venta de esclavos y de dinero. Su obra azulejera fue la más abundante de la época colonial. La mayor parte destinada al revestimiento de la arquitectura religiosa.

A pesar de que pudiera haber traído un bagaje artesanal desde España, todo apunta, señala el licenciado, a que “Juan del Corral adquirió su formación cerámica y en especial la de azulejero en Lima”, porque en su primera etapa está muy influenciado por la azulejería sevillana de Hernando de Valladares (motivos de grutescos y medallones con los santos de los frisos y frontales). Sin embargo, se muestra más “sencillo, selecto y sintético en la adopción formal de los motivos decorativos seriados de los paños de zócalo”, denominados también “de labores”, los cuales adquirieron un tinte criollo peculiar.

Para este trabajo, el licenciado Luis Cesar Ramírez ha recurrido a una amplia bibliografía y se ha documentado en archivos nacionales de enorme interés para el conocimiento de los talle-res españoles en los territorios colonizados y evangelizados por las órdenes religiosas más poderosas de esa época.

Un excelente trabajo de documentación y análisis de la cerámica española en el nuevo mundo y su influencia en la creación de talleres y modelos propios de la sociedad criolla.

Ilustra el autor este trabajo con una serie de imágenes de la azulejería estudiada, que desgraciadamente se encontraba en muy mal estado y , sobre la que nos consta, apenas se ha intervenido, restaurado y conservado. Gran parte de estos conjuntos de azulejos han ido desapareciendo, abandonados y expoliados.

Afortunadamente esta tesis nos permite conocerlos. Ha sido un placer leerla.

En la Asociación Niculoso Pisano nos hemos ocupado de la obra de este ceramista en varias ocasiones. La primera de ellas en la conferencia anteriormente citada de D, Alfredo Garcia Portillo y posteriormente en la sección de la Pieza del Mes (febrero, 2020) sobre el panel cerámico de san Juan Bautista del Claustro de Santo Domingo, Lima, obra de Juan del Corral, aunque, como bien desarrolla Garcia Portillo, durante mucho tiempo se adjudicó esta obra al Taller de los Valladares, por su gran similitud en diseño, estilo, técnica y materiales cerámicos utilizados en la labor.

Jesús Marín García

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