Sevilla. Descubierto un azulejo cervantino en el barrio de la Feria.
Al mediodía del pasado viernes 30 de abril fue descubierta una lápida de azulejos en recuerdo de las obras cervantinas que citan a los vecinos del barrio de la Feria, uno de los más antiguos y castizos de la capital hispalense. La colocación del mismo ha sido promovida por el procurador y cofrade sevillano José Joaquín Moreno Gutiérrez, en la fachada de la casa familiar que poseen en la esquina de la Plaza Calderón de la Barca con la calle Amargura, en cuyos bajos regentan una abacería desde hace unos años.
El panel guarda el mismo diseño que los 25 colocados en la ciudad de Sevilla en 1916, al cumplirse el III centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, la mayoría de los cuales se conservan y fueron restaurados en 2016, pero su tamaño es un poco menor que los antes citados. Es sabido que algunos de aquellos desaparecieron, uno de los cuales se encontraba cerca de este lugar hoy ocupado por el Mercado de Abastos, donde antaño estuviese el edificio de los Juzgados, derribado en 1923. Sería buena ocasión para que el Ayuntamiento de Sevilla repusiese los seis que faltan, pues solo se conservan 19 originales.
Al acto de inauguración asistió el Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, el promotor y su familia, así como la profesora de literatura y periodista Eva Díaz Pérez, que actuó como madrina del acto y tuvo el honor de descubrir el panel de azulejos. Culmina así un largo proceso iniciado hace tres años por José Joaquín Moreno, quien de forma entusiasta deseaba rendir homenaje no solo a Miguel de Cervantes sino a su querido barrio. Desde el principio, quien firma esta noticia le prestó su apoyo y colaboración no solo a título personal, sino como miembro de la Asociación Niculoso Pisano, para la selección del formato, redacción del texto, propuesta del ceramista y detalles de ejecución y colocación. Otros profesionales y vecinos, como el arquitecto Pedro Barrero y el profesor Antonio Molina, le ayudaron en el complicado proceso de obtención de los permisos municipales, máxime en unos momentos en los que está próxima a salir una normativa reguladora de instalación de lápidas conmemorativas.
Solo nos queda felicitar la iniciativa de este sevillano de pro que es José Joaquín Moreno, cuya familia ha costeado el azulejo, así como al pintor ceramista Antonio Hermosilla, que ya restaurara las lápidas cervantinas en 2016, por dejar un testimonio material que recuerde a un genio de la literatura universal que dejó inmortalizada en su obra a la ciudad de Sevilla y los vecinos del barrio de la Feria.
Martín Carlos Palomo García
Comentarios recientes