La Hermandad de la Amargura de Sevilla restaura el valioso retablo cerámico del Marqués de Benamejí
Presentaba importantes problemas de adhesión y será repuesto antes de Semana Santa.
La Hermandad de la Amargura acometerá en los próximos meses la restauración del valioso retablo cerámico de Virgen y San Juan que adorna la fachada sur de su templo de San Juan Bautista. La obra, realizada en 1918 por el Marqués de Benamejí, está siendo retirada estos días por la empresa Alféizar, especializada en este tipo de intervenciones.
Las personas que se acerquen a la iglesia de San Juan Bautista, conocida popularmente como San Juan de la Palma, se encontrarán con un doble ausencia de la Virgen de la Amargura. La Dolorosa está siendo restaurada actualmente por Enrique Gutiérrez Carrasquilla; y el magnífico retablo cerámico situado a la salida de la calle Regina acaba de ser retirado para una intervención.
La hermandad detectó en la cuaresma del año pasado unos problemas en la sujeción de los azulejos que conforman el retablo por lo que encargó su revisión para determinar el estado general de la obra. Una vez obtenidos los informes, la junta de gobierno que preside José María Pedernal decidió acometer una restauración integral.
Tras obtenerse los permisos necesarios y obtener la oportuna licencia de obras por parte de la Gerencia de Urbanismo, la intervención comenzó ayer mismo con la retirada de las piezas. La restauración será llevada a cabo por la empresa especializada Alféizar y tendrán una duración de dos meses, aproximadamente, por lo que la obra será instalada de nuevo durante la cuaresma.
El principal problema del retablo es de adhesión, como ha explicado a este periódico la restauradora Cristina García: «Estamos retirando las piezas para resanar el muro. El mortero estaba disgregado. Algunas zonas, sobre todo la inferior, tenía peligro de desprendimiento». Una vez retirado, las piezas se tratarán en las propias dependencias de la corporación y volverán a ser colocadas.
El deterioro del retablo es el propio de estar colocado a la intemperie. Además de la falta de adhesión al soporte presenta suciedad superficial, pequeñas fracturas o algún elemento ajeno a la propia obra.
El retablo cerámico de la Amargura con San Juan fue pintado en 1918 por Manuel de la Lastra, marqués de Benamejí y de las Cuevas, y fue realizado en el taller La Bética. Como curiosidad, la Dolorosa luce el manto azul bordado en 1905 por Rodríguez Ojeda y que desde 1926 es propiedad de la cofradía del Desconsuelo de Jerez.
Como explica Martín Carlos Palomo en la página web Retablo Cerámico, «la estructura arquitectónica del retablo sigue, en líneas generales, el modelo impuesto en 1912 por Pérez de Tudela en el azulejo del Gran Poder de San Lorenzo».
El azulejo cuenta con la inscripción: «El Marqués de Benamejí pintó para la Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Silencio y Ntra. Sra. de la Amargura en el año de MCMXVIII». Añade Martín Carlos Palomo que el azulejo fue una donación del artista y que la hermandad, como agradecimiento, le nombró consiliario honorario y a su esposa, camarera de la Virgen.
Fuente: www.diariodesevilla.es
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