Un paseo por la clausura de Santa Paula.
A cargo de Manuel Pablo Rodríguez
En la mañana de ayer lugar el acto de apertura del Ciclo de Otoño en el Centro Cerámica Triana, dedicado a la cerámica en los conventos de clausura sevillanos. Los conventos que se conservan, en muchos casos, se fundaron en los siglos XVI y XVII, y en su construcción han quedado las huellas de trabajos cerámicos realizados en los mejores talleres que trabajaron en esas centurias.
Manuel Pablo Rodríguez, conferenciante, ha sabido exponer con claridad, de manera atrayente y didáctica, el patrimonio que se conserva en el convento de Santa Paula que mandara construir doña Isabel Enríquez, marquesa de Montemor-o-Novo, perteneciente a la familia real castellana y portuguesa. Ha dividido su disertación por bloques, dedicando el primero de ellos a la historia y el contexto de la fundación del convento. Seguidamente destacó la atracción que este convento y, sobre todo, el compás y portada de Niculoso Pisano, causaron entre los primeros fotógrafos que llegaron a nuestra ciudad en el siglo XIX, así como dibujantes y pintores del siglo XIX y XX. Posteriormente nos ha “paseado” por la iglesia, por el coro bajo, los dos claustros y, finalmente, por el compás y la maravillosa portada de acceso a la iglesia que decoraron Niculoso Pisano y Pedro Millán en 1504.
Las magníficas imágenes que han acompañado esta disertación de este joven historiador y miembro de la Asociación Niculoso Pisano, nos han permitido adentrarnos por rincones que no solemos visitar y detenernos en detalles que no se aprecian a simple vista. Solo los ojos de un gran comunicador y experto en cerámica sevillana como él, como Manuel Pablo, son capaces de localizar detalles reveladores de la cerámica que allí se conserva (datas, firmas de pintores, técnicas de decoración, etc.).
El público aplaudió su intervención con entusiasmo. Un aforo completo del Salón “José Gestoso” en el CCT que requeriría una mejor atención por parte de los responsables de cultura en las instituciones municipales sevillanas (ICAS).
Un inicio del Ciclo de Otoño de “traca final” a las puertas de un mes, el de noviembre, en el que recordamos las travesuras de un don Juan burlándose de las barreras y enrejados, de la privacidad de un noviciado y de la inocencia de doña Inés. Hoy estos conventos, para poder mantenerse, reservan espacios a la intimidad y nos enseñan el resto a cambio de donativos o pequeños ingresos por las ventas de elaboración propia. Algún avispado “Chutti” o alguna vieja “alcahueta” ha puesto en manos de Manuel Pablo las lleves de acceso a la intimidad de Santa Paula. Siempre será un pecado menor y perdonable.
La cerámica de Santa Paula, nos recordaba Manuel Pablo, nos “delata” la intrahistoria de la construcción de este espacioso convento, y nos mostraba las referencias a los años en los que se ejecutaron en los talleres de los Valladares, posiblemente Hernando, los zócalos de la capilla, el coro y los claustros (entre los años 1615 a 1631).
Una UTE ha restaurado recientemente esta portada de Santa Paula. Otra “UTE”, a principios del XVI, en 1504, compuesta por el taller de Niculoso Pisano en Pureza, 42 y el del escultor Pedro Millán, nos dejaron este conjunto cerámico, mezcla de escultura vidriada y azulejería plana, donde la forma de resolver la crestería resulta innovadora en esa Sevilla del XVI.
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