Crónica de un hallazgo en Constantina.

Alertados por nuestra compañera Yedra García, hemos asistido a una jornada de puertas abiertas en la excavación de un horno cerámico del Siglo XVI en la localidad de Constantina, asistidos por el equipo de arqueólogos y técnicos que trabajan en el descubrimiento.

Hemos estado allí y hemos disfrutado de las explicaciones que tanto el arqueólogo José Antonio Valiente, como el historiador local Antonio Serrano nos han dado a un importante numero de personas interesadas que hemos participado en la visita.

El hallazgo ha sido casual, como consecuencia de las intervenciones de saneamiento en la calle Cádiz,  y ha puesto al descubierto una zona de un antiguo alfar del siglo XVI, cuyo objeto más preciado es un horno de estructura árabe del que se ha conservado una solera sustentada por cuatro arcadas de más de 4 metros de largo y 0,80 m. de ancha, limitadas por una pared circular de 4,50 metros de diámetro. No existe presencia de la cámara de cocción, salvo algunos de los ladrillos que conformaban la cúpula, desaparecida hace siglos por el crecimiento urbanístico de la ciudad. El muro del horno mide casi un metro de grosor.

La cámara de quemado, alcatifa, al parecer,  permanece intacta, aunque no se ha podido excavar a su alrededor para poder ponerla al descubierto, dadas las dificultades del limitado del espacio de que se dispone pues está en medio de una calle con tránsito de vehículos y hay que acelerar el trabajo.  Según se conoce de otros hornos similares, la parte baja destinada a caldera se localizaba por debajo del nivel del suelo, por lo que había que bajar una escalerilla para alimentar el fuego. Esta cámara presenta un pequeña boca (en el caso del horno de Constantina, se aprecia claramente la zona de la boca por la colocación de una serie de ladrillos en vertical) y en su interior existían unas arcadas en forma de red, caladas por “zabaletes” por las que subía el calor y el fuego a la cámara superior.

Ante la imposibilidad de acceder a la alcatifa, se ha optado por un estudio fotográfico completo y minucioso, que permitirá unas representaciones e imágenes virtuales de su interior.

Junto al horno han aparecido restos de cerámicas domésticas (platos, cuencos, ollas) y algunos trozos de tinajas, materiales que eran necesarios para la vida cotidiana de la población, a lo largo de los casi tres siglos en los que se ha venido utilizando este horno. Lástima que no se haya podido plantear una intervención de mayor envergadura y presupuesto, porque el descubrimiento es fundamental para entender la vida de Constantina en los últimos siglos. Posiblemente, en palabras de Antonio Serrano, existieron otros hornos en la ciudad pero no se sabe nada de ellos. Este es el único que se ha podido conocer.

Deseamos que el Informe final de la intervención arqueológica que se elabore por el equipo de José Antonio Valiente se pueda conocer pronto y lo publicaríamos en nuestra web.

El descubrimiento será sellado y tapado tras los trabajos urbanísticos que se llevan a cabo. La calle Cádiz volverá a ser “calle”, pero guardará en sus “entrañas” un horno cerámico “moruno”, por su estructura, similar a los que conocemos en Sevilla de esta época.

Texto y fotografías: Jesús Marín García.

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