Biblioteca cerámica. Noviembre 2023. El Pintor de Cerámica.
Titulo del libro: El pintor de Cerámica
Autor: Manuel Rico Cantero
Editorial: Círculo Rojo
Años: 2019
N.º páginas: 230
En el entorno de la Cerámica de Talavera nos sorprenden cada día con iniciativas y propuestas que contribuyen a reivindicar el papel que los ceramistas y las fábricas han venido desarrollando históricamente en la zona. Podemos considerar que la vecina Puente del Arzobispo comparte ese mismo protagonismo, a pesar de las diferencias que existen en sus producciones cerámicas.
Manuel Rico Cantero ha publicado recientemente una novela que ha titulado ‘El pintor de cerámica’. Manuel es historiador y arqueólogo, miembro de la Asociación Tierras de Cerámica, la misma que ha impulsado y desarrollado la candidatura internacional para el reconocimiento de las técnicas tradicionales de la cerámica de Talavera, Puente y Puebla (México) en el listado de Bien Patrimonio de la Humanidad, en su calidad de inmaterial ante la Unesco.
La lectura de esta novela es especialmente agradable para quienes, de una manera u otra, nos hemos movido por los talleres y los alfares. Retrata, en primera persona, la historia personal y artística de Rafael, un joven ceramista talaverano que trabajaría también en Puente y en Madrid, en 1941 coincidiendo con el desarrollo Segunda Guerra Mundial y la posguerra española.
En “El pintor de cerámica”, la acción transcurre en los escenarios de los alfares de Talavera, Puente y posteriormente en Madrid, donde algunos de sus personajes son reales y otros ficticios. Destacan tres: Francisco Arroyo Santamaría , Pedro de la Cal Rubio y el joven Rafael. Pero además, están sus esposas, sus hijos, los trabajadores de sus fábricas y talleres, los lugareños que acarreaban el barro y las autoridades locales. Manuel conoce bien el oficio y utiliza un vocabulario propio, sin rozar el tecnicismo, quedándose en el plano más sencillo y de “andar por el taller” que suele ofrecérnoslo destacado en negrita de una manera intencionada.
La trama, sin revelar su desarrollo y su final, es un relato de la vida de esos pequeños empresarios, artistas y trabajadores dedicados a la cerámica de “basto y de uso” que se hacía tradicionalmente en Puente y pretender llevarla a la categoría de “arte”, como ya ocurría en Talavera. Y ese esfuerzo les trajo grandes satisfacciones.
Especialmente interesante es el protagonismo de Juan Ruiz de Luna y de Enrique Guijo en parte de la trama, lo que sitúa este trabajo entre la novela histórica y el costumbrismo. Finalmente, este boom de la cerámica de Puente, tuvo su colofón en la zarzuela. Los personajes de Loza Lozana, son, en parte, aquellos hombres y aquellas mujeres que vivían en Puente, en el año 1941, dentro de un mismo edificio que albergaba la vivienda de los dueños, los socios y los trabajadores principales, entre los que se encontraba Rafael. Y en el marco escénico de un pueblo que vivía y se desvivía por la alfarería.
Novela con intriga, amena y de fácil lectura. Recomendada para cualquier edad y para cualquier nivel de conocimiento de este viejo oficio que, en nada, se parece a lo que hoy vemos y compramos. Con excepciones, claro está.
La novela ha sido editada por la Editorial Círculo Rojo, su primera edición es de 2019. Está basada en hechos reales, con personajes reales e imaginarios, nos dice el autor.
Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw escribieron el libreto de la zarzuela Loza Lozana que fue estrenada el 2 de septiembre de 1943, en el Teatro Coliseum de Madrid, con música y dirección del maestro Jacinto Guerrero. El texto de esta pieza lírica está basado en la vida laboral y personal del Taller de Cerámicas Santa Catalina, en Puente del Arzobispo, regentado por el yerno de Juan Ruiz de Luna y su socio Francisco Arroyo. En el precioso libreto puede leerse un canto a la cerámica, arte que no artesanía:
En el Puente, todo es barro,
quien no vive del cacharro.
se nutre de la arriería.
Uno lo forma y lo cuece;
otro lo carga y lo exporta…
¡Y viene la gente corta
según la industria florece!
Mi oficio es arte menor,
¡pero con orgullo de arte!.
Artífice o artesano,
soy artista, aunque modesto.
y algo del magín protesto
que sé Infundirle a la mano.
Me ha llamado la atención de manera especial la importancia que el autor da a la profesionalidad y exigencia del Taller para que los productos que se elaboren sean “casi perfectos” y dignos de ser exportados fuera de España. Para ello, había que controlar el proceso de elaboración, que a base de pruebas y ensayos de color, terminaría en unas formas y en una paleta propia del alfar. El libro de fórmulas y recetas guardaba los secretos.
Resulta un placer añadido a la lectura de “El pintor de Cerámica”, escuchar estos momentos de la zarzuela de Jacinto Guerrero, Loza Lozana.
Jesús Marín García
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