Hallados ocultos en la ermita de Piedraescrita 680 azulejos
Unos restauradores han encontrado estas piezas originales de Talavera. «Es uno de los conjuntos de azulejería más importantes de España», afirman de la iglesia
Piedraescrita figura como una de las cuatro pedanías muy despobladas de Robledo del Mazo y casi se funde con el límite de Ciudad Real. Apenas sobreviven 16 habitantes en el empadronamiento y se llega en coche desde Talavera después de un viaje curvo de una hora y media. Allí está asentada la ermita de Nuestra Señora de Piedraescrita, un fascinante templo de casi mil años de historia que ha logrado fama, aunque mínima, por el fresco de un Pantocrátor y la decoración en azulejería de Talavera originaria del siglo XVI. Allí, un equipo de expertos ha descubierto ahora otros 680 azulejos de esa época que recubrirán más adelante las paredes de la iglesia.
Así lo explica a este diario Antonio, el párroco de Robledo del Mazo y sus cuatro pedanías (Piedraescrita, Robledillo, Navatoril y Las Hunfrías). El Arzobispado de Toledo encabeza el proyecto de rehabilitación de la ermita, declarada Bien de Interés Cultural pero comida por las humedades. Para ello, los expertos han terminado un tratamiento que frenará el avance de este efecto, favorecido por que el templo está construido bajo tierra, exactamente a dos metros de profundidad.
Tres restauradoras (Carolina Peña, María Collar y Mercedes del Pino) y el conservador Antonio Perla, profesor de Historia del Arte de la UNED y experto en azulejería, trabajan sin freno desde noviembre cinco días a la semana en Piedraescrita, una pedanía a donde llegan muy débiles las señales de teléfono y de internet. Su propósito: que el templo luzca como en origen, recubierto por entero de cerámica. Para ello, se apoyarán en las signaturas que figuran al dorso de cada azulejo para ordenar las piezas, algunas de las cuales figuraban mal colocadas hasta ahora.
El equipo de la empresa Restauradores de Obras de Arte Asociados, financiado por el Arzobispado y la Diputación Provincial, ha desmontado los azulejos, los ha limpiado y los ha apilado en el almacén donde trabajan desde hace cinco meses. Así, han datado piezas correspondientes al siglo XVI originarias en principio de talleres de Talavera. Además, los expertos han encontrado 680 azulejos, algunos de ellos sólo fragmentos, similares a los que descansaban en las paredes del templo; estaban guardados en cajas en un altillo del templo. «Hay muchos más de los que se pensaba.
Entre los azulejos encontrados, figura un retablo completo, como explica Perla. «El dibujo de la azulejería es estupendo. Espectacular. Es uno de los conjuntos más importantes de España», afirma este experto sobre la colección completa de la ermita de Piedraescrita. Y apostilla: «Cuando los limpias, salen unos brillos como al salir del horno».
«Siempre digo -a los feligreses- que es el joyero para guardar la imagen de la ermita», afirma el sacerdote sobre la belleza de la misma, que se multiplicará tras la solución a las humedades, la limpieza de los azulejos, la colocación correcta y el hallazgo de las 680 piezas. «Va a quedar como nueva. Las paredes blancas tendrán cuadros o escenas nuevas», subraya sobre esta operación que dispone de las autorizaciones de la Junta y la Diputación.
El Arzobispado encargó en primer lugar a los arquitectos José Luis Montero y Francisco Mijancos el proyecto contra la humedad, y posteriormente, fue contratada la empresa Restauradores de Obras de Arte Asociados. El estudio constató el riesgo de desprendimiento de los azulejos por el efecto de la humedad.
La rehabilitación buscaba mantener a salvo el Pantocrátor, pieza clave también en este templo señero de la provincia cuyo origen se puede remontar a los siglos XII o XIII, en palabras del sacerdote. «No está afectado. La humedad no ha afectado para nada al fresco», detalla. La existencia de más frescos tras la pintura de las paredes ha cobrado fuerza con este proyecto, por lo que se hará una prueba para detectar la presencia de más decoración junto a las columnas del templo, lugar de peregrinación en la Jara.
Las previsiones de la restauración alargan hasta agosto la intervención, pero el párroco está convencido de que el final se demorará más meses. Precisamente, la presencia de los técnicos ha revolucionado la vida de los 16 habitantes de esta pedanía a 130 kilómetros de Toledo, en la que residen en una casa cedida por una vecina. «Es un acontecimiento», bromeaba el sacerdote, quien sigue celebrando los domingos la misa en la ermita, «una auténtica joya antigua» en palabras de la Junta de Comunidades, que quedará más bruñida aún.
«Hay más visitas de las que imaginábamos», suscribe Perla, quien informa a los interesados de que la iglesia está cerrada por la rehabilitación al menos hasta agosto. «Es un sitio para ir y ver. Hay que estudiar meterlo en un circuito. Es un conjunto especial. Es como tener en medio del campo, en pequeño, a la basílica del Prado», concluye.
Fuente: www.latribunadetoledo.es
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