En la era tecnológica, mancharse de barro es esencial…

Quién lo iba a pensar hace unos años… Famosos haciendo de la cerámica su mindfulness, altos directivos encorbatados remangándose y realizando cursos de cerámica enfocados al desarrollo de la creatividad y la resolución de problemas. Así como la llegada de miles de millennials, esa generación tan interesante, llamando a los talleres y escuelas de cerámica, guiados por una necesidad innata de trabajar y crear manualmente.

Este cambio de tendencia me llevó a investigar e innovar en el campo de la enseñanza de la cerámica y a ofrecer otro concepto de aprendizaje, con diferentes objetivos que crear una pieza. “Llegar está bien, pero es el camino lo que importa y enriquece”, como diría nuestro poeta griego Konstantino Kavafis. Dos ideas necesitaban respuestas en ese periodo de mi vida, ¿qué es ser artesano? y ¿si el barro nos modelaba a nosotros?, como hacemos los alfareros al sentarnos en el torno.

El trabajo serial, estandarizado y masificado no era el camino, lo presentía, y desechaba uno tras otro proyecto artístico, incluso terminado. La lógica economicista, dentro de la necesidad de vivir, asfixiaba la creatividad y el crecimiento artístico del artesano. Y por supuesto, afectaba a la obra. Así que era necesario una labor intelectual y artística para dar respuestas claras de cuál era el camino personal y profesional. De ahí nacieron estos tres libros:

1.- La Belleza de lo imperfecto, rompe con los cánones occidentales y economicistas. La obra artística no está sujeta a tiempo o a una ley de la oferta y la demanda. Es pieza única y exclusiva. Los cánones de la perfección técnica dan paso a una asimetría y a la imperfección como belleza, lo natural. Esto nos acerca más a la vida y a la naturaleza. A ese “paraíso perdido” de lo natural y lo de siempre.

2.- Yoga y Cerámica, responde a una pregunta, ¿el barro nos modela a nosotros?. Esta pregunta rompe con la visión simplista creador y creación, como algo separado, materia y espíritu, como dos mundos que no se tocan… De ahí que descubrir esta sinergia entre artista y arcilla humaniza al artesano o al artista, al igualarse en importancia. Fundir espíritu y materia, y danzar conjuntamente a través de la eternidad como meta, como diría los maestros sufíes, como Rumi o Ibn Arabi, parece tener su lógica y sentido. Es a través de la búsqueda del equilibrio interior donde el artista fabrica un motor para mejorar sus obras a través de la búsqueda constante de lo “inacabado sin fin”.

3.- Mindfulclay incluye un nuevo concepto y una nueva metodología que une Mindfulness y la arcilla. La atención plena y la creatividad. La innovación y la productividad…

Marco Terranova

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