Desde la Asociación de Amigos de la Cerámica “Niculoso Pisano” y de retabloceramico compartimos este trabajo audiovisual que tiene como eje principal el dolor de una madre ante el sufrimiento y pérdida de un hijo.

Le hemos querido denominar “Stabat mater…” siguiendo el canto tradicional, una “secuencia o tropo gregoriano” que se data en el siglo XIII y que se atribuye al papa Inocencio III. En este canto se relata el dolor de María, madre de Jesús de Nazaret, del que deviene el nombre de DOLOROSA, ampliamente representada en la iconografía cristiana en todas sus facetas artísticas.

La Cerámica no podía estar ajena a esta devoción popular y durante siglos se ha pintado para goce y disfrute de los devotos.

El DOLOR de la madre queda fielmente descrito en el “Stabat Mater”. Junto a la Cruz de la que pendía el hijo, estaba la madre dolorosa, llorosa (Stabat Mater dolorósa iuxta crucem lacrimósa, dum pendébat Fílius). Es una escena que quienes gustamos de la cerámica podemos ver ampliamente pintada por los más diversos y destacados pintores ceramistas.

En retabloceramico hemos recopilado más de 100 pinturas, siendo unas de las más antiguas las pintadas en por Andrea de la Robbia (1481) y la de Niculoso Pisano en Tentudía (1518), al margen de las más de 50 escenas propiamente de la Crucifixión de Jesús en las que se encuentran junto a él María y Juan. Un repertorio bastante completo al que hemos querido recurrir para ilustrar este trabajo, hoy Viernes de Dolores, a las puertas de la Semana Santa.

Podremos ver auténticas obras de arte, por la calidad de los dibujos, por la destreza y habilidad del artista y por la belleza de la composición. También hay muchas pinturas sencillas, casi infantiles, populares. Todas guardan el respeto y la devoción por igual.

El Viernes de Dolores es una celebración religiosa de gran arraigo en Andalucía, antesala de la Semana Santa, en el que se recuerda el dolor de María, de la madre, que estaba pronto a suceder. Como símbolo plástico de ese dolor aparece el “puñal” y la tradición ha querido cuantificarlo en SIETE, en referencia a los siete momentos de dolor más importantes a lo largo de la vida y muerte de su hijo.

Jesús Marín García